El Primado. Tres años de un Milenio, basdo en echos reales de la vida del Cardenal Wyszynski.
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Stefan Wyszynski, Cardenal “primado de Polonia (1901-1981)
Al ser nombrado obispo a la edad de 44 años se transformaba en el obispo mas joven del episcopado polaco. Después de la muerte del primado Hlond en 1948 fue designado para la sede arzobispal en Varsovia y Gniezno.
Comprendió bien desde el comienzo la situación de la Iglesia católica en un país comunista y se esforzó en mantener un modus vivendi con el estado. En 1953 fue nombrado cardenal. En el mismo año publicó su famosa carta pastoral Non Possumus “no podemos” no hablar de Cristo, ante las estrategias que los gobiernos comunistas empleaban con el objetivo de dividir a la Iglesia. También en Polonia lo intentaron, buscando controlarla, sin éxito.
Este primado, pastor y estadista, arrestado por las autoridades comunistas (estuvo tres años en prisión) y liberado en 1956, defensor fiel y acérrimo de la identidad de la nación polaca, se identificaba diciendo «quiero a mi patria más que a mi corazón, y todo lo que hago para la Iglesia lo hago para mi patria» y «me salvé de sentir odio a los que ejercían el poder, y les perdono las calumnias con las que me honraban».
El cardenal Stanislaw Dziwisz menciona en su libro “Una vida con Karol” las claras intenciones del gobierno comunista de sembrar la discordia entre los miembros de la jerarquía eclesiástica (y entre Wyszynski y Wojtyla) y que fué precisamente por eso que monseñor Wojtla no solo observó la absoluta fidelidad hacia su superior sino que siempre lo defendió abiertamente, siguiendo su misma línea de conducta.
Juan Pablo II dijo
“Dejadme que en este momento me limite a recordar las palabras que pronuncie en la catedral de Varsovia durante mi viaje a Polonia: “El Cardenal primado se ha convertido en la piedra angular particular. Piedra angular es la que sostiene el arco, la que refleja la fuerza de los fundamentos del edificio. El cardenal primado manifiesta la fuerza del fundamento de la Iglesia que es Jesucristo. En esto consiste su fuerza. El cardenal primado enseña, desde hace más de treint años, que esta fuerza la debe a Maria, Madre de Cristo. Todos sabemos bien que gracia a Maria se puede hacer resplandecer la fuerza de aquel fundamento que es Cristo, y que se puede convertir eficazmente en piedra angular de la Iglesia.
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